Resúmenes páginas
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4. Una guerra total.
La Segunda Guerra Mundial fue cruel y despiadada. Los
alemanes y los japoneses robaron las riquezas de los países ocupados para poder
hacer frente a los gastos que supuso la guerra. La victoria aliada necesitó un
esfuerzo económico sin precedentes.
4.1. La guerra económica.
Una guerra tan grande necesitó un gran esfuerzo económico.
Estados Unidos y el imperio británico, tenían una superior productiva industrial
y agrícola sobre los países del Eje. Los aliados disponían de petróleo, carbón o metales estratégicos, lo cual le daba una gran
ventaja. Estados Unidos se convirtió en “el granero de la democracia”, lo que
permitió alimentar a todo el bando aliado. Los ejércitos del Eje confiscaron
alimentos en los países ocupados para así alimentar a sus soldados y a la
población civil de Alemania o Japón.
Debido a la movilización de los hombres jóvenes y a la
producción armamentística se produjo una escasez de mano de obra en todos los
países participantes. Para afrontar el problema, Alemania aplicó el empleo de
prisionero de guerra y de trabajadores forzosos procedentes de los países
conquistados. Los aliados recurrieron al empleo de mano de obra femenina y de
jóvenes, también aumentaron la jornada laboral.
Debido a las necesidades de los
ejércitos los gobiernos intervinieron en la economía. Antes de 1939 Alemania,
Italia, la Unión Soviética y Japón tenían una economía planificada, mientras
que Estados Unidos, Reino Unido y Francia siguieron siendo economías de
mercado.
La Segunda Guerra Mundial impulsó
importantes novedades tecnológicas: producción de penicilina, producción de
nailon. Las innovaciones técnicas se aplicaron mayormente a la producción de
armas. Los aviones cada vez eran más veloces, los alemanes fabricaron los
primeros aviones a reacción, como los misiles antiaéreos y bombas volantes. En
el mar la gran innovación fue el portaviones. La invención más determinante fue
la bomba atómica. Entre 1942 y 1945, un grupo de científicos europeos
llevó a cabo las investigaciones necesarias
para su fabricación en Estados Unidos.
4.2. Una guerra de
aniquilamiento.
Los alemanes y japoneses pensaban
que sus triunfos en la primera parte de la guerra marcaban el inicio de una
nueva época. Las derrotas de las potencias democráticas y de sus imperios
coloniales marcaban el comienzo del “nuevo orden”, hegemonía mundial de
Alemania y Japón. Este “nuevo orden” vino acompañado del empleo de métodos
crueles e inhumanos.
El racismo, uno de los principios
ideológicos más importantes para los nazis, por un lado pretendía preservar la
pureza de la raza aria, evitando las mezclas con la raza judía, la cual había que exterminar, y por otro lado
pretendía conquistar el “espacio vital” para los arios. La expansión de la Gran
Alemania debía realizarse hacia el este, conquistando territorios ocupados por
los eslavos.
En 1941 Hitler dispuso la
“solución final”, se trataba del genocidio de la población judía en la Europa
ocupada. Esta solución provocó la muerte a unos 6 millones de judíos, 2
millones de prisioneros soviéticos y centenares de miles de gitanos,
homosexuales, prisioneros políticos, miembros de resistencia, etc. Los campos
de exterminio fueron la pieza fundamental de esta macabra empresa, fue uno de
los mayores horrores de la historia de la humanidad, destacan Auschwirtz o
Treblinka.
Los nazis adoptaron brutales
represalias contra cualquier resistencia por parte de las poblaciones
conquistadas.
Ambos bandos emplearon el bombardeo
masivo de las ciudades, lo que conllevó la muerte de centenares de miles de
personas. Esta constante destrucción de retaguardias, hizo que Estados Unidos
lanzara las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
4.3. El colaboracionismo y la
resistencia.
Debido a los éxitos alemanes
durante la primera mitad de la guerra aparecieron grupos que apoyaron las ideas
nazis y le prestaron su ayuda. Los miembros de dichos grupos fueron llamados
colaboracionistas.
La resistencia, se alzó frente al
colaboracionismo. Varios factores estimularon la resistencia en los países
ocupados: la presencia militar alemana, las requisas, la persecución política,
etc.
La resistencia comenzó a alcanzar
importancia en 1941 tras la invasión nazi de la URSS. En Europa occidental,
sobre todo en Francia e Italia, los partidos comunistas fueron los grupos más
destacados en la acción antinazi.
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